De seguro has escuchado hablar del famoso parque Chiapasiónate, ese parque que en la noche nos ofrece un espectáculo de luces y chorros de agua, que se mueven al son de una melodía.
Las fuentes, existen desde tiempos remotos, específicamente de la edad media, donde en un principio empezaron ubicándolas en las plazas o lugares públicos más concurridos de pueblos y ciudades para abastecer de agua a sus habitantes y a los viajeros de paso que visitasen el lugar además de poder calmar la sed de sus animales.Sin embargo, detrás de esta grandiosa fuente existe una gran historia relacionada con la evolución de las fuentes. Iniciando desde la época medieval, pasando por las grandes fuentes en Francia, hasta llegar a las nuevas y famosas fuentes bailarinas. En este documento, se planea mostrar la historia de las fuentes de agua, que han servido tanto para dar abasto de agua a la población, así como adorno arquitectónico para hogares y embellecimiento de ciudades.
Los primeros registros de fuentes de agua datan alrededor del 2000 A.C donde fueron los antiguos asirios quienes construyeron una serie de cuencas en el desfiladero del río Comel, tallado en la roca sólida, conectados por canales pequeños, descendiendo a un arroyo.
Sin embargo, fueron los antiguos griegos los primeros en utilizar acueductos y fuentes accionados por la gravedad para distribuir el agua. Según los historiadores antiguos, existían fuentes en Atenas, Corinto y otras ciudades griegas antiguas en el siglo sexto antes de Cristo como los puntos de terminación de los acueductos que traían agua de los manantiales y los ríos en las ciudades. En el siglo sexto antes de Cristo el gobernante ateniense Peisístratos construyó la fuente principal de Atenas, la Enneacrounos, en el Ágora (plaza principal). Tenía nueve grandes cañones, o caños, que abastecía de agua potable a los residentes locales.
Las fuentes griegas fueron hechas de piedra o de mármol, con el agua que fluye a través de tuberías de bronce y que sale de la boca de una máscara esculpida que representa la cabeza de un león o el hocico de un animal. La mayoría de las fuentes griegas fluyeron por simple gravedad, pero también descubrieron cómo utilizar el principio de Sifón para hacer surtidor de agua, como se ve en las imágenes de las vasijas griegas
Después de la debacle griega, fueron los romanos quienes hicieron uso de las fuentes, quienes construyeron un gran sistema de acueductos que provenían de lagos y ríos que estaban en las montañas para proveer agua a las fuentes y los baños.
Los ingenieros romanos utilizan tuberías de plomo en vez de bronce para distribuir el agua por toda la ciudad. Las excavaciones en Pompeya, que revelaron como era la ciudad cuando fue destruida por el Monte Vesubio en el año 79, descubrieron fuentes y cuencas colocadas en intervalos a lo largo de las calles de la ciudad, aplicando el teorema de sifón, el agua subía de las tuberías de plomo bajo la calle. Las excavaciones de Pompeya también mostraron que las casas de los romanos ricos a menudo tenían una pequeña fuente en el atrio o patio interior, con agua proveniente de agua de la ciudad y que echaba un chorro en un tazón pequeño o un lavabo.
Según Sexto Julio Frontino, cónsul romano que fue nombrado guardián del agua de Roma en el 98 D.C., Roma tenía nueve acueductos que alimentaban 39 fuentes monumentales y 591 cuencas públicas, sin contar el agua suministrada a la casa imperial, baños y propietarios de villas privadas. Cada una de las principales fuentes estaba conectado a dos acueductos diferentes, en caso de que uno estuviera fuera de servicio.
Los romanos fueron capaces de hacer que las fuentes echaran el chorro de agua en el aire, mediante el uso superior de la presión del agua que fluye de una fuente distante de agua para crear carga hidráulica, o fuerza. Ejemplos de los chorros de agua en jardines se pueden encontrar en pinturas murales en Roma del siglo primero antes de Cristo, y en las villas de Pompeya.
Los ingenieros romanos construyeron acueductos y fuentes en todo el Imperio Romano. Se pueden encontrar ejemplos de hoy en las ruinas de las ciudades romanas en Vaison-la-Romaine y Glanum y en Francia, en Augst, Suiza, y otros sitios.
Durante la edad media, los acueductos romanos fueron destruidos o cayeron en decadencia y muchas fuentes en Europa dejaron de trabajar, por lo que durante esta época podemos encontrar registros de fuentes en el arte y la literatura.
Las fuentes en la Edad Media se asociaron con la fuente de la vida, la pureza, la sabiduría, inocencia, y el Jardín del Edén. En los manuscritos iluminados como las Tres ricas horas del duque de Berry (1411-1416), el Jardín del Edén lo demostró con una fuente gótica elegante en el centro de este. Las fuentes también se encontraron en jardins d’amour, “jardines del amor cortés” – jardines ornamentales utilizados para el cortejo y relajación. La novela medieval El Roman de la Rose describe una fuente en el centro de un jardín cerrado, alimentando pequeños arroyos bordeados de flores y hierbas frescas. Las fuentes medievales también podrían proporcionar diversión. Los jardines de los condes de Artois en el Château de Hesdin, construido en 1295, contenían famosas fuentes, llamadas Les Merveilles de Hesdin (“Las maravillas de Hesdin”) que podían ser activadas para empapar a los visitantes sorprendidos. Continuará……
Miguel Ángel Pérez Rojas
Marzo 18 del 2016.